¡El árbol de Navidad no estaría completo sin bolas de colores que adornaran sus ramas! Al principio, la gente decoraba sus árboles con diversas ofrendas, incluidas manzanas rojas. Sin embargo, esta práctica cambió después del duro invierno de 1858, durante el cual murieron todos los manzanos.

Un artesano soplador de vidrio de Meisenthal, en la región del Mosela , en el este de Francia, ideó una solución brillante: bolas de vidrio de colores en lugar de las manzanas. ¡Y así nació la bola de Navidad!

Desde entonces, Alemania y los países de Europa del Este se han especializado en la elaboración de vidrio soplado, hilado y moldeado, así como en adornos de metal, cera o madera. Entre estos adornos se encuentran ángeles, figuras del Niño Jesús, Papá Noel en miniatura, regalos, lazos y una variedad de objetos de madera, todo ello entre guirnaldas y bolas multicolores.

La tradición de decorar árboles de Navidad con estos adornos festivos se ha extendido por todo el mundo, añadiendo alegría y brillo a las celebraciones navideñas durante generaciones.

 

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